domingo, 5 de diciembre de 2010

La Tragedia de Ventanilla (1987)

Años 1980: La tragedia de Ventanilla (1987) y la ausencia de títulos

Un conjunto de factores hizo de la década del 80 la más desagradable en la historia del club. Alianza Lima a principios de los años ochenta contaba con un buen plantel de jugadores que marcaron la diferencia en el medio local. A pesar de ello, no podían conseguir campeonato alguno, pues desde hacía tiempo, aparte de tener como rival a Universitario, el Sporting Cristal tomó un papel protagónico en el Campeonato Peruano y se consolidó como el nuevo equipo grande del país. Fue así como los años pasaban y el equipo aliancista se olvidó lo que era festejar una conquista nacional nuevamente.
Por más de los esfuerzos de la directiva en traer refuerzos (entre ellos José Velásquez) para la temporada 1982, no alcanzó para lograr el título. La base del equipo se mantuvo como lo fue con Jaime Duarte, Gonzáles Ganoza, Rojas, y otros jugadores como Tomás Farfán, Carranza, Raúl Mejía, Eugenio La Rosa, Juan Illescas, Jorge Olaechea y Freddy Ravello. El año de 1983 marcó un cambio radical; el en ese entonces Director Técnico Juan José Tan promovió al primer equipo aliancista a los juveniles que realizaron una gira por Norteamérica y Europa. Fue así como los jugadores Humberto Rey Muñoz, Illescas, Duarte y Mejía, de experiencia en el equipo titular, abrieron paso para la aparición de nuevos nombres como William León, Luis Escobar, José Casanova y Pacho Bustamante. Teófilo Cubillas regresó al equipo en 1984 en medio de una crisis tanto deportiva como interna, donde varios jugadores estuvieron involucrados. En 1985 fue cuando los jugadores de las divisiones menores blanquiazules tomaron protagonismo en el equipo, de tal forma que surgió el apodo de los potrillos. Ese plantel quizás por su inexperiencia, perdió la final de la temporada 1986, cuyo título recayó en San Agustín. De esa manera obtuvieron el subcampeonato. Marcos Calderón llegó a Alianza Lima en 1987 con treinta años como entrenador a cuestas. Bajo su dirección técnica Alianza nuevamente fue uno de los animadores del torneo y se le empezó a conocer como el equipo del potrillo Escobar. Los periodistas dejaron a un lado las críticas por los años sin títulos y viendo las buenas actuaciones del equipo íntimo se animaron a decir que podía aparecer un nuevo Rodillo Negro. Los Superclásicos de esa época significaron muchas alegrías blanquiazules. El jugador que destacaba entre los demás fue Luis Escobar, quien con sólo 18 años fue considerado un crack con un futuro muy prometedor. Los potrillos tuvieron partidos con goleadas contundentes a su favor como contra Universitario (4:0), el 3 de agosto de 1986, o el 5:1 que se dio luego, en un equipo donde destacaron: Daniel Reyes, Guadalupe, Claudio Tejada, Aldo Chamochumbi, Cesar Sussoni, Ignacio Carretón, Alfredo Tomassini, (proveniente del Sporting Cristal) Johnny Watson, (proveniente del Sport Boys) Milton Cavero y el chinchano José Mendoza. El 1 de noviembre, en una nueva edición del Superclásico, Luis Escobar con golpe de cabeza decretó la victoria de Alianza sobre su clásico rival ante la presencia de 39.000 espectadores. Cuando el campeonato de 1987 agonizaba y parecía que por fin el título sería aliancista de nuevo, ocurrió una tragedia. El de aquel año, Alianza viajó rumbo a la ciudad de Pucallpa para enfrentarse en un partido correspondiente al campeonato nacional al Deportivo Pucallpa. Fue victoria aliancista por 1:0 con gol de Carlos Bustamante. Todo parecía decidido, y la afición grone empezó a especular con el ansiado campeonato, sin embargo, eso no ocurrió. Listos para regresar a Lima, el equipo íntimo arregló con la Marina de Guerra del Perú para retornar en un vuelo chárter a bordo de un avión Fokker el 8 de diciembre. A tan sólo kilómetros de aterrizar en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, luego de constantes esfuerzos por parte de un inexperto piloto, el avión cayó en el Mar a la altura de la localidad chalaca de Ventanilla. El accidente se llevó las vidas de 43 personas: 16 futbolistas, 5 miembros del cuerpo técnico, 4 dirigentes, 8 barristas, 3 árbitros y 7 tripulantes. El piloto fue el único sobreviviente del incidente.

Fallecieron entre otros: José Gonzáles Ganoza, José Mendoza, Gino Peña, Tomás Farfán, Cesar Sussoni, Willy León, Daniel Reyes, Ignacio Garretón, José Casanova, Carlos Bustamante, Aldo Chamochumbi, Braulio Tejada, Johnny Watson, Alfredo Tomasini, Milton Cavero, Luis Escobar junto con su director técnico Marcos Calderón, Andrés Eche, Washington Gómez, Santiago Miranda, Orestes Suárez y Rolando Gálvez.



La noticia del accidente dio la vuelta al mundo. Bobby Charlton, desde Londres, manifestó su tristeza de manera pública al enterarse de lo sucedido. Personalmente había vivido algo similar con la tragedia de Múnich el 6 de febrero de 1958, donde murió parte del plantel del Manchester United. Asimismo, el club uruguayo Peñarol jugó la Copa Intercontinental en Tokio con crespones negros en la camiseta, en un gesto de solidaridad con el equipo peruano. Un dramatismo muy fuerte rondó en la Ceremonia de Despedida. El último balón con el que los potrillos habían jugado en Pucallpa fue rescatado del mar y expuesto a los ojos de todos los hinchas aliancistas como el último recuerdo de los finados que perecieron en Ventanilla. En un partido amistoso, Alianza se enfrentó al Independiente de Argentina en el estadio Alejandro Villanueva, donde el equipo blanquiazul perdió por 1:2. José Velásquez anotó el único tanto blanquiazul, lo que significó el momento más emotivo del encuentro. Alianza Lima finalizó su participación en el campeonato de 1987 jugando con juveniles y algunos jugadores prestados por el club chileno Colo-Colo, quien había vivido una tragedia similar y acudió en su apoyo. La amistad entre esos dos clubes se hizo fuerte desde ese momento. Es así como Alianza volvió a las canchas de juego con un equipo reforzado por los chilenos José Letelier, Parko Quiróz, Francisco Huerta y René Pinto. Teófilo Cubillas tuvo que dirigir y jugar a la vez. Alianza no pudo mantener el paso y el campeón fue Universitario de Deportes. El club, consciente de las dificultades se tuvo que recomponer a duras penas e incluso, sacaron del retiro a jugadores renombrados como fue el caso de Cubillas y otros que estaban a punto de hacerlo como César Cueto. Los dos volvieron a jugar para ayudar al club en ese momento que fue y es el más doloroso en la historia blanquiazul. Alianza Lima luego de una comprensible mala campaña peleó el descenso el año 1988, salvándose en las últimas fechas y el bajo nivel se mantuvo en años posteriores. Era protagonista como todo equipo grande, pero el título se hizo esperar, una espera que duró una década más.



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